Manuel Siaca Rivera



— Romance de la candelaria —

Cielo de naipes de oro.
Luna de media naranja.
La clara noche del campo
huele a senos de muchacha.
Febrero inicia su vuelo
entre luces de Bengala
y lamen torres de azúcar
las lenguas de sus fogatas.
Cielo de naipes de oro.
Velando su candelaria,
la linda carbonerilla
está en la noche lunada.
Toda su carne la cubre
un crepúsculo de llamas:
Cara y manos de limón,
trajecillo de naranja.
Con ramas verdes aviva
sobre la tierra quemada
los tizos de los braseros
y surgen de su fogata
cohetes que el aire llenan
de estrellas desfiguradas.
En la entraña de la hoguera
gimen locas torturadas,
locas que se come el lobo
amarillo de las llamas.
Carbonerilla, carbón
será tu cuerpo en las brasas.
El diablo llega de virgen
vestido a tu candelaria.
Pero está sorda la niña.
Hollejos verdes y yaguas
hacen crepitar rabioso
el corazón de las llamas;
y, al resplandor que ellas vierten,
resplandor de infierno malva,
montes y llanos presentan
lejanías de navaja.
La carbonerilla juega,
juega con candela mala.
En los filos de sus ojos
tiene doscientas espadas
y no ve al lobo amarillo
que muestra su boca amarga.
Carbonerilla, no sigas
velando el trono de brasas:
La Virgen de la Candela
no vendrá a tu candelaria.
Pero está sorda la niña.
Y ya el lobo la desgarra
las manos, la cara y el
trajecillo de naranja.
Por la escalera del humo
huyen en la noche clara
la bella carbonerilla
y el girasol de las llamas.

* * *

Manuel Siaca Rivera nació en Río Grande en el año 1906

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